Para la puesta en marcha de una acción formativa es necesario elaborar una programación adecuada que sea el instrumento de base para su ejecución. La programación docente es la ordenación del sistema de actividades de aprendizaje con la finalidad de alcanzar unos objetivos previamente fijados.
Una programación puede realizarse para el conjunto de una acción
formativa, para la que se contemplará la previsión de los aspectos y factores que
deben tenerse en cuenta para realizar el curso, y para una sesión
formativa que recogerá de forma minuciosa todos los pasos y contenidos a
desarrollar en una clase.
Las características que debe tener una programación formativa es:
- Adaptable y flexible para que permita su adecuación a las características de los alumnos.
- Estructurada, para que tenga orden y coherencia y para que evite la improvisación, contemplando todos los factores que intervienen en el proceso formativo.
- Dinámica, susceptible de revisión en función de los resultados y de acontecimientos que puedan influir, así como de la capacidad creativa del docente.
- Previsible que contemple los resultados que se pretenden alcanzar.
La programación contendrá las siguientes partes:
Diagnóstico.
Se trata de realizar un diagnóstico de las necesidades y de la realidad donde se va a operar, a través del mismo podrán conocerse los conceptos que se deben aprender, las actitudes que deben desarrollarse, así como las destrezas que deben asumirse.
Objetivos.
Se formularán los objetivos que se pretenden alcanzar con la acción formativa, es la base de la programación. A través de los objetivos se determina el conjunto de la programación, contenidos, actividades y demás etapas. Los objetivos son realmente los enunciados de los resultados que se esperan obtener con la acción formativa, tienen un estrecha vinculación con la evaluación, en tanto que aquella examinará la consecución de los objetivos. Los objetivos pueden ser generales, específicos y operativos, según el grado de concreción que corresponda a una programación general del curso, a su desarrollo y a la aplicación de las actividades concretas.
Contenidos.
Son las materias que se trabajarán en la acción formativa y deberán seleccionarse mediante criterios que tengan en cuenta las necesidades y exigencias de los puestos de trabajo con los que se relacionen, así como los conocimientos, las pautas de estudio y las características de las destrezas necesarias. Los contenidos deben organizarse adecuadamente, de forma secuencial, desde lo básico a lo complejo, de lo conocido a lo desconocido, de lo concreto a lo abstracto y de lo cercano a lo lejano.
Metodología.
Consiste en el conjunto de métodos, recursos y procedimientos para desarrollar la acción formativa y facilitar el éxito del proceso enseñanza-aprendizaje. Debe servirse de los recursos materiales y humanos suficientes para que la misma tenga éxito. En la metodología se utilizan teorías y métodos doctrinales que dirigen la acción formativa de forma eficiente. En general, las claves de proactividad, participación y motivación forman parte de las características de la metodología, que deben combinarse con los métodos expositivos, demostrativos, interrogativos y de descubrimiento.
Actividades
Las actividades deben seleccionarse a partir de los contenidos, considerando su utilidad, es decir, cada actividad debe responder a un motivo de aprendizaje concreto. Las actividades son los instrumentos para reforzar la adquisición de los conocimientos y las destrezas que deben adquirirse en la acción formativa, son una herramienta para la consecución de los objetivos establecidos.
Evaluación.
La evaluación sirve para mejorar la enseñanza, es una forma de controlar la efectividad real del aprendizaje. La evaluación debe aplicarse fundamentalmente para determinar la consecución de los objetivos propuestos, sin embargo, debe utilizarse también para los alumnos, los materiales, la metodología, los docentes, así como para estimar todos aquellos aspectos que puedan afectar a la buena marcha del proceso formativo. La evaluación suele tener una acción inicial, al principio de la acción formativa, y otra final, cuando acaba dicha acción. Además durante el curso se debe realizar un seguimiento evaluativo que aporte datos para integrar también de forma continua en la evaluación del conjunto de la acción formativa. Para aplicar la evaluación, además de la observación y las pruebas escritas, pueden realizarse prácticas y simulaciones.
Diagnóstico.
Se trata de realizar un diagnóstico de las necesidades y de la realidad donde se va a operar, a través del mismo podrán conocerse los conceptos que se deben aprender, las actitudes que deben desarrollarse, así como las destrezas que deben asumirse.
Objetivos.
Se formularán los objetivos que se pretenden alcanzar con la acción formativa, es la base de la programación. A través de los objetivos se determina el conjunto de la programación, contenidos, actividades y demás etapas. Los objetivos son realmente los enunciados de los resultados que se esperan obtener con la acción formativa, tienen un estrecha vinculación con la evaluación, en tanto que aquella examinará la consecución de los objetivos. Los objetivos pueden ser generales, específicos y operativos, según el grado de concreción que corresponda a una programación general del curso, a su desarrollo y a la aplicación de las actividades concretas.
Contenidos.
Son las materias que se trabajarán en la acción formativa y deberán seleccionarse mediante criterios que tengan en cuenta las necesidades y exigencias de los puestos de trabajo con los que se relacionen, así como los conocimientos, las pautas de estudio y las características de las destrezas necesarias. Los contenidos deben organizarse adecuadamente, de forma secuencial, desde lo básico a lo complejo, de lo conocido a lo desconocido, de lo concreto a lo abstracto y de lo cercano a lo lejano.
Metodología.
Consiste en el conjunto de métodos, recursos y procedimientos para desarrollar la acción formativa y facilitar el éxito del proceso enseñanza-aprendizaje. Debe servirse de los recursos materiales y humanos suficientes para que la misma tenga éxito. En la metodología se utilizan teorías y métodos doctrinales que dirigen la acción formativa de forma eficiente. En general, las claves de proactividad, participación y motivación forman parte de las características de la metodología, que deben combinarse con los métodos expositivos, demostrativos, interrogativos y de descubrimiento.
Actividades
Las actividades deben seleccionarse a partir de los contenidos, considerando su utilidad, es decir, cada actividad debe responder a un motivo de aprendizaje concreto. Las actividades son los instrumentos para reforzar la adquisición de los conocimientos y las destrezas que deben adquirirse en la acción formativa, son una herramienta para la consecución de los objetivos establecidos.
Evaluación.
La evaluación sirve para mejorar la enseñanza, es una forma de controlar la efectividad real del aprendizaje. La evaluación debe aplicarse fundamentalmente para determinar la consecución de los objetivos propuestos, sin embargo, debe utilizarse también para los alumnos, los materiales, la metodología, los docentes, así como para estimar todos aquellos aspectos que puedan afectar a la buena marcha del proceso formativo. La evaluación suele tener una acción inicial, al principio de la acción formativa, y otra final, cuando acaba dicha acción. Además durante el curso se debe realizar un seguimiento evaluativo que aporte datos para integrar también de forma continua en la evaluación del conjunto de la acción formativa. Para aplicar la evaluación, además de la observación y las pruebas escritas, pueden realizarse prácticas y simulaciones.
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