El recorrido tecnológico nos ha llevado de la Web 1.0, de información lineal y contenidos sin interacción, a la Web 2.0, de gran interactividad, con foros, redes sociales, colaboración e información compartida. En estos momentos estamos en transición hacia la Web 3.0, la denominada Web semántica, configurada con bases de datos, que proporciona contenidos adaptados a las preferencias de cada uno. Con este sistema se interactúa según las preferencias e inclinaciones de los usuarios. La Web 3.0 es, por ejemplo, la que responde de forma concreta a la pregunta “¿cuándo se incorporó España a la O.N.U.?”.
En el horizonte ya se comienza a atisbar lo que en un futuro podría ser la Web 4.0, complejo sistema que ahora encasillamos en ciencia ficción. Esta Web respondería, por ejemplo, a la indicación “Quiero que me traigan una pizza”. Los Servicios Públicos de Empleo deben caminar con los tiempos y adaptarse de forma continua a la evolución tecnológica, porque la tecnología es un instrumento que multiplica los efectos y el alcance de las iniciativas para mejorar las posibilidades de empleo y para la igualdad de oportunidades.
Actualmente en los Servicios de Empleo se funciona en modo dual, analógica y digitalmente a la vez, según el ámbito y el área de actuación. En el aspecto digital trabajan básicamente con el sistema lineal 1.0, aunque se hacen incursiones en el 2.0. No obstante, deben realizar un mayor esfuerzo de adaptación a ese tiempo que nos viene, cada vez más ligado a la innovación tecnológica. Los Servicios de Empleo deben caminar también hacia la Web 3.0 que está llegando, es necesario andar cuanto antes ese camino que separa el ámbito administrativo y burocrático del espacio corporativo que suponen los nuevos usos tecnológicos. Incluso si algún día esa ciencia ficción llega con la Web 4.0, los Servicios Públicos de Empleo deberán estar también ahí para ofrecer el mejor servicio posible a los ciudadanos.
La Orientación Profesional, como punta de lanza de los sistemas de empleo, tienen un nuevo reto en el actual escenario tecnológico, deben adaptarse a los vertiginosos cambios y transformarse en entrenadores, inductores y “new sage" (nuevos sabios). Los recursos que la Web 2.0 está ya aplicando, necesitan que normalicemos el uso de palabras claves en nuestra información y en nuestros curriculums, el desarrollo de nuestra marca personal, las etiquetas, los video-currículums, Linkedin, portales de empleo, el networking virtual...
Hay que estar en las redes para estar presentes, hay que superar la cultura del papel. Los desempleados deben hacer también su transformación tecnológica. Ahí los orientadores deben prestar todo su apoyo a las personas que acceden a sus servicios porque los empresarios, cada vez más, se informan y buscan por internet. La nueva Orientación Profesional 2.0 no solamente ayuda para los procesos de Orientación tradicionales, sino que también ofrece nuevas perspectivas de trabajo y nuevos modelos de organización para la búsqueda de empleo y la mejora de la empleabilidad, situando nuestro perfil personal y profesional en un espacio compartido. Nos abre los ojos a nuevos horizontes de trabajo para los que hay que estar preparados.
Se imponen nuevos métodos para hacernos visibles en la búsqueda de empleo. En cualquier momento pueden estar haciéndonos una entrevista sin que lo sepamos, gracias a la Red. Es la virtualidad del espacio compartido en el que debemos participar. El posicionamiento cada vez más decisivo de nuestra marca personal, de los nuevos recursos para que nuestro curriculum esté siempre latente, de las formas más apropiadas del saber estar en los procesos de búsqueda, en definitiva, de nuevos esquemas que las tecnologías actuales nos ofrecen y que ya no podemos obviar porque se están convirtiendo en vitales.
Juan Pedro León Ruiz